El trastorno depresivo en la vejez no es algo normal

Se ha transformado en algo habitual el ver a un persona mayor con depresión. Sin embargo, tal y como alerta Alba Rodríguez, la responsable del área de psicología de Lepant Residencial, esto no es así. Se trata de un trastorno del estado de ánimo que debe tratarse, y muchas veces pasa desapercibido en las personas mayores por considerarse parte del envejecimiento o por confundirlo con otras afecciones.

Andrés Manero Vidal, el director de Lepant Residencial, nos explica que la depresión produce síntomas de irritabilidad, sentimientos de inutilidad, desesperanza y abandono, pérdida de placer en actividades habituales, fatiga y falta de energía, dificultad para concentrarse, inapetencia y problemas para dormir.

Depresió Lepant Residencial

Causas de la depresión en las personas mayores.

Andrés Manero Vidal nos cuenta que las causas de la depresión en la tercera edad suelen producirse por cambios bruscos en sus rutinas, como una mudanza, la marcha de los hijos, el fallecimiento del cónyuge o la pérdida de la propia autonomía. También pueden estar relacionadas con otras enfermedades como las demencias, los AVC, el cáncer, la cardiopatía, los trastornos tiroideos o el mal de Párkinson.

Otoño e invierno: las estaciones más habituales.

Existe un tipo de trastorno del estado de ánimo llamado trastorno afectivo estacional (SAD), en el cual la depresión sólo aparece en una determinada estación del año, que suele ser otoño-invierno. Según la Asociación Nacional de la Salud Mental (National Mental Health Association); aproximadamente el 25 por ciento de la población sufre de SAD leve durante el invierno y casi el 5 por ciento padece una forma más grave de este trastorno. Los principales episodios depresivos comienzan hacia fines del otoño y primeros meses del invierno y desaparecen durante los meses de verano. Se cree que la causa es la menor cantidad de horas de luz solar. Andrés Manero Vidal nos cuenta que el tratamiento normalmente consiste en medicación antidepresiva y psicoterapia, que tiene buena respuesta entre los ancianos.

En residencias: trabajo con equipo multidisciplinar.

A nivel de residencias, lo óptimo es que, en estos casos, se trabaje con un equipo multidisciplinar con el fin de establecer un plan de tratamiento adecuado a cada residente con un trastorno depresivo. La Educadora Social y el fisioterapeuta son los que animan a participar en las actividades, la psicóloga les ayuda a expresar sus sentimientos, el médico les pauta la dosis y medicación adecuada y la revisa periódicamente, y la Trabajadora Social trabaja con la familia del residente, que normalmente también queda muy afectada cuando el anciano está triste y deprimido.

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